domingo, febrero 18, 2018

Saga Georgina Kincaid de Richelle Mead

Saga Georgina Kincaid

Súcubo (sustantivo): Demonio con la habilidad de cambiar de forma capaz de seducir y dar placer a los hombres mortales. 
Patético (adjetivo): Un súcubo con unos zapatos maravillosos y con una nula vida social. 
Ambas cosas: Georgina Kincaid 
Si hablamos de trabajos infernales, ser un súcubo parece ser bastante glamuroso. Una chica que se puede convertir en todo lo que le venga en gana, el guardarropa es ideal de la muerte, y los hombres harían cualquier cosa por tocarte. Bueno vale, a veces ellos pagan con sus mismas almas por ese privilegio pero, ¿para qué nos vamos a poner tan tiquismiquis? Pero la vida en Seattle de la súcubo Georgina Kincaid no es tan exótica como parece. Su jefe es un demonio de nivel medio que tiene un "no sé qué" con las películas de John Cusack. Sus mejores amigos inmortales no paran de gastarle bromas sobre su condición. Y no es capaz de tener una cita decente sin absorber parte de la vida del tío con el que en ese momento esté saliendo. Al menos tiene su trabajo "de día" en una librería (con los consiguientes libros gratis), sus bebidas de moca y chocolate blanco, y un fácil acceso al sexy escritor de bestsellers Seth Mortensen o, lo que es lo mismo, Don-daría-cualquier-cosa-por-tocarle-pero-no-puedo.
Pero soñar con Seth va a tener que esperar, porque algo malvado está sucediendo en el subterráneo mundo demoníaco de Seattle. Y por una vez, todos sus calientes encantos e ingeniosas ocurrencias no le van a servir de nada, porque Georgina está a punto de descubrir que existen algunas criaturas que ni el infierno ni el cielo quieren en sus filas.


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