Estamos en Maine, una región boscosa en la que
puede ocultarse cualquier ser. Huellas de lobo en el barro, gruñidos en las
noches de luna llena, el miedo por todas partes; siempre un pueblo perdido
entre las boscosas colinas. Después de aparecer varios cadáveres se organiza
una batida por los alrededores del pueblo que acaba trágicamente. El único que
cree en la presencia de un hombre lobo es Marty, un muchacho paralítico que
emprende la búsqueda por su cuenta. En el bosque se tropieza con la abominación
y lo hiere un ojo. Al día siguiente, el único que tiene el ojo vendado es el
sacerdote…
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