lunes, abril 09, 2018

Serie Mentes poderosas De Alexanda Bracken

Mentes Poderosas es uno de los libros que leí cuando apenas empezaba la lectura, y pues apenas empezaba el blog y las reseñas (seamos sinceros) no son nada buenos... muy poco me acuerdo ya de la lectura, pasaron ya cuatro años desde lo leí pero creo que todavía me sigue gustando como la primera vez. Los libros de fantasía siempre han sido mi soporte creo que en ellos puedo tener todo lo que deseo: algo fantástico, posible enamoramiento y sobre todo la parte donde tienen poderes y los usan. Mentes poderosas no es la excepción la trama se centra en  niños (pues no es algo que no me guste, pero desde entonces mi lectura a "madurado") que tienen super poderes mentales, la razón de la existencia es desconocida para todos, pero para los adultos se colocan completamente a la defensiva, los niños cambiaban, los niños eran cada vez más poderosos que diez adultos, entonces se sintieron amenazados, ¿La solución? Mandar a todos los niños a un centro de "Rehabilitación" la cosa no era a voluntad, si entrabas no salias. 

Desde entonces habían pasado muchos años y los niños, ni las escuelas, ni las familias habían recibido algo de  los hijos a los cuales se habían desprendido pensado que era lo mejor para ellos. Los niños ya no eran niños, pero la gente todavía pensaba que cabía la posibilidad de "tener" niños sanos. Pero no, los niños y la humanidad entera estaba en peligro de extinción, los niños no cambiaban a la normalidad, la humanidad cambiaba. Y no había un reverso para eso. The End is Coming. 




El siguiente libro titulado "In Time" el 1.5 ...
 PROLOGO 
A VECES, incluso cuando las carreteras están tranquilas y los demás están dormidos, ella se preocupa por si tomó la peor elección.

No es que a ella no le guste el grupo —le gusta. En serio. Se juntan y juegan de manera inteligente, la conducción es en las calles laterales tanto como les sea posible en lugar de las carreteras abiertas, evitan el miedo. Nunca lo están a menos que estén sin comer ni dormir, o ambos por mucho tiempo, o cuando están asustados. Cuando acampan por la noche, duermen en un gran círculo grande, y a las chicas les gusta contar historias acerca de los chicos que conocían en Virginia, en East River. Todos se ríen, pero tienen problemas para poner caras a los nombres. Ella no puede recordar donde estaba el lago en relación a la hoguera, y no estaba allí aquella vez que todos jugaron. Ella no estaba allí porque estaba con sus amigos. Estaba en un coche diferente, uno mejor, uno más feliz. Porque cuando las chicas dejan de contar estas historias, las mismas una y otra vez, sólo hay silencio. Y echa de menos el calor de las voces de sus amigos, aunque sólo estaban susurrando, mintiendo y diciendo que todo estará bien.

Tal vez sea malo, no lo sabe, pero secretamente se alegra de que nadie espere que le cuente su propia historia.

De esa manera se queda con ellos para sí misma, escondidos apretados contra su corazón. Aprieta su mano allí cuando está asustada, cuando quiere fingir que son ellos bromeando y riendo y gritando a su alrededor, y no los demás. Cuando quiere sentirse segura.

Mantiene su mano allí todo el tiempo. Ahora.

Las montañas que la rodean están volando y las chicas están gritando que necesitan ir más rápido, más rápido, más rápido. Ella ve el coche a través del parabrisas de atrás de la camioneta. El hombre que colgaba por la ventana del lado del pasajero se ve como que está apuntando la pistola directamente a ella. El conductor tiene una cara como de que estaría dispuesto a conducir a través de una tormenta de fuego para llegar a ellos, y ella lo odia por ello.
Quiere su voz para unirse a los otros gritando y llorando. Las palabras se quedan en su garganta. El chico detrás del volante tiene que parar la camioneta, golpea los frenos, deja salir a los monstruos persiguiéndole y les deja creer que han ganado. Somos cinco frente a sus dos, piensa, y si podemos cogerlos por sorpresa…

Pero su camioneta de repente vuela como si se hubiera ido por una rampa. El cinturón de seguridad aprieta contra su pecho con fuerza suficiente para hacerle perder su aliento en ese segundo en el que están en el aire, entonces están girando, el cristal se está rompiendo, el coche se retuerce, y ni siquiera ella puede contener sus gritos.



NUNCA OLVIDAN, es el numero dos.



UNA LUZ INCIERTA, es el numero tres.

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